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martes, 8 de abril de 2014

Jorge Volpi: “La literatura puede ser un instrumento que aumente la vocación crítica del lector”

Copy: Isabel Uribe

Jorge Volpi (México, 1968) nos recibe en una elegante sala de la Casa de América, en Madrid, una de sus muchas escalas en el agotador viaje promocional de su nueva novela, Memorial del engaño, una crónica sobre los secretos y mentiras entre padres e hijos en el marco de la crisis económica que comenzó en 2008. Saluda con la mano blanda y se sienta en un sillón imponente, donde parece muy menudo pese a su enorme talla como narrador. No para de toser y jugar con su móvil de última generación hasta que arranca la entrevista. Al principio, responde de forma mecánica. Luego, poco a poco, sus respuestas salen del modo piloto automático, y se involucra de verdad en la charla.

Memorial del engaño contiene mentiras de todos los colores. Públicas y privadas; mentiras en la solapa que atribuye este libro a un tal J. Volpi, un tiburón financiero prófugo por fraude; engaños de los supuestos comunistas infiltrados en el Gobierno de Estados Unidos; mentiras del sistema financiero; mentiras entre padres e hijos, entre parejas… ¿Qué verdad se esconde entre tanta mentira?
Como decía Vargas Llosa, las mentiras literarias provocan verdades también. Aquí hay un cúmulo de mentiras literarias y de la realidad para tratar de exponer verdaderamente lo que ocurrió, lo que pensaban muchos de los que fraguaron estas mentiras económicas, de quienes nos hicieron creer durante mucho tiempo que la economía se basaba solo en principios técnicos y que, en realidad, por eso no tenían que explicárnoslo yson tan incomprensibles, cuando en realidad se trataba de una revolución ideológica tan poderosa y nítida como el comunismo, cuyas consecuencias fueron también una catástrofe humanitaria. Mientras que el comunismo con su idea de sociedad sin clases y más igualitaria creó regímenes terriblemente autoritarios esta revolución neoliberal o neoconservadora produjo sociedades mucho más inequitativas.

La madre de su protagonista dice: “Cada quien tiene la verdad que se merece”.
Esta es la respuesta que nos dan muchos cuando se busca la verdad que se esconde detrás de estas mentiras. En la novela no hay una defensa de esta posición, sino que trata de dejar claro que esta es la posición que adoptan normalmente los mentirosos.

Su novela entrelaza la historia de J. Volpi, narrada en primera persona, y la de su padre, a quien culpa por todo lo ocurrido, cuya relato narra en ocasiones Judith, la mujer, y también tenemos un narrador omnisciente vinculado al proceso de la caza de brujas...
En realidad se trata de una novela escrita toda en una primera persona que a veces se diluye y que, por tanto, resulta una falsa primera persona o una falsa tercera. El lector avispado  debería preguntarse por qué nos cuentan esto así. En este juego de engaños, otro engaño más es cuando el protagonista narra como si fuera una narración omnisciente, en tercera persona, pero en realidad es una narración en primera y, por tanto, hay una intención clara del narrador al narrar lo que cuenta en la manera en la que lo cuenta.

Su personaje, J. Volpi, se parece muchísimo a otro criminal financiero, con quien comparte su falta de ética, arrogancia y desvergüenza. Me refiero a Bernie Madoff, que como su J. Volpi es hijo de inmigrantes de origen polaco y también se dedicaba a la filantropía. En una entrevista concedida en junio de 2010, Madoff se declaraba tan cínico y despreciativo como su personaje. Dijo: “que se jodan mis víctimas [...] eran  avaros y estúpidos”.
Eso lo hubiera podido decir J.Volpi , pero también casi cualquiera de estos. Paradójicamente J. Volpi no es Madoff. Evidentemente Madoff revolotea por toda esta historia, pero yo me inspiré en otro estafador menos conocido que se llama Alberto Vilar. Un cubano-americano que hizo muchísimo dinero con los fondos de inversión en los años 80 y 90 y lo único que parecía interesarle en la vida era la ópera. Se jactaba de ver cerca de doscientas funciones al año, financiaba óperas en todo el mundo, se codeó con todos los grandes artistas, el restaurante del Metropolitan de Nueva York se llegó a llamar Alberto Vilar… y luego se descubrió que también había cometido actos fraudulentos y actualmente está en la cárcel.

Hasta a los malos más malos les adorna alguna cualidad que los hace verosímiles. Salvo su gusto por la ópera que lo humaniza un poco, ¿no es demasiado malo y execrable su J. Volpi?
Es curioso, porque en otras entrevistas me han dicho que no es tan malo (risas). Yo sí quería que tuviera otros lados además de la maldad. Su voz, más que de malo, es de cínico. No tiene ningún reparo moral, ninguna culpa. En eso, digamos, sí que es malo por completo, pero al mismo tiempo tiene ese lado de amor a la música y esencialmente es un huérfano. La relación con el padre me parece la parte más humana del personaje. Para mí, aunque se diga que esta es una novela sobre la crisis y sobre el capitalismo, sobre todo es una novela sobre un hijo en búsqueda de un padre ausente que tiene algo de homenaje a Pedro Páramo. Ahí está el otro lado del personaje. En realidad la novela habla de esa búsqueda del padre para descubrir quién es él en verdad, y al final descubrirá que él, que ha engañado a todos y que parece uno de los malos más malos, también fue uno de los grandes engañados en su vida familiar.

Su escritura, ¿le ha ayudado a entender lo ocurrido, el porqué de esta crisis? Si es así, ¿nos lo cuenta?
Creo que en buena medida escribí la novela para tratar de entender cómo había funcionado toda esta burbuja económica, cómo funcionan las  finanzas internacionales en general, cómo se produjo la crisis, entre otros muchos temas de los que yo no sabía nada previamente.  Yo no tengo ninguna formación económica ni financiera y sí creo que aprendí bastante y eso es justamente quizá lo que quisiera compartir con los lectores en el libro, que es donde intento explicar un poco, con metáforas y recursos literarios, lo que ocurrió.

¿Cómo se ha documentado para escribirla? ¿Ha estudiado Economía, un MBA…?
Un MBA por correspondencia (risas)… No, en serio, estuve leyendo mucho sobre estos temas e intentando traducir ese lenguaje económico para que pueda resultar un poco más comprensible. Un ejercicio que en el fondo se parece a lo que hice con la física cuántica en En busca de Klingsor. El recurso literario es por medio de esta soberbia del personaje, que se evidencia cuando dice por ejemplo: “Ahora voy a explicarles los derivados financieros que yo contribuí a crear. Si tú ya sabes lo que son los derivados financieros, no sigas leyendo porque en realidad eres uno de mis cómplices y también tuviste la culpa de la catástrofe que estamos viviendo. Si no entiendes, entonces eres una víctima, un poco tonto y por tanto te voy a intentar explicar qué es”. Ese recurso sirve para que novelísticamente funcione tratar de narrar algo que podría ser aburridísimo, como qué es un derivado financiero, un swap, una opción…

Memorial del engaño habla de las consecuencias de la Guerra Fría y el triunfo del capitalismo salvaje. ¿Qué reflexión ética puede extraer el lector de su lectura? ¿Qué hacemos para defendernos de esos pocos que, como su J. Volpi, “hicieron tanto contra tantos”?
Uno a veces soñaría con que la literatura fuera realmente un antídoto contra la realidad que previniera a la gente, pero no siempre ocurre así. Sin embargo, la literatura puede ser un instrumento que aumente la vocación crítica del lector hacia ciertos temas. A mí siempre me ha interesado exponer las ideologías entendidas como formas de pensamiento que, sin pruebas, intentan imponer una sola visión de la realidad. Lo he hecho en otros libros, con otros temas: con la idea revolucionaria,  con el nazismo, con el comunismo y ahora me interesaba hacerlo con esta vertiente particular del capitalismo. Esta revolución neoliberal o neoconservadora, como se la quiera llamar, que es la que produjo en buena medida esta gran recesión.

Estructuralmente la novela tiene una arquitectura operística,  ¿por qué?
La ópera es lo único, además del apellido, aunque el suyo sea polaco y el mío italiano, que compartimos J. Volpi y yo. Esa pasión por la música. Él quiso ser músico. Yo, también. Él no tuvo talento. Yo no sé si no tuve talento o me faltó disciplina, pero en cualquiera de los casos no seguí estudiando música pese a que fue mi gran pasión. Él, como es un financiero, se dedica a financiar óperas por todo el mundo y de ahí que la estructura de la novela esté relacionada con lo que a él más le gusta. Es un criminal financiero, pero tiene este lado extraño, exquisito, como se le quiera llamar, de debilidad por la ópera.

¿Por qué le atrae tanto la política como materia prima literaria?
Siempre me atrajo. Yo estudié Derecho y desde entonces los temas que me interesaban tenían que ver siempre con la teoría del Estado, el Derecho Constitucional, el poder público, pero también me han interesado siempre las relaciones de poder no públicas sino privadas. Las que se establecen en el seno de la familia, entre padres e hijos, entre esposos, entre hermanos… Esos son los temas que más me interesan y que están más presentes en lo que escribo.

Hace unos días la escritora Marta Sanz presentó un breve tratado, No tan incendiario, en el que entre otros temas habla de cómo los escritores eluden comprometerse políticamente para no complicarse la vida. No es su caso, desde luego…
Yo me considero de izquierdas, no sé si los libros son de izquierdas… He escrito libros que parecerían todo lo contrario como El fin de la locura, que lo que critican y de los que se burlan es de la izquierda latinoamericana, pero siempre me he considerado de izquierdas y nunca he tenido empacho en que mis libros toquen esos temas delicados para un lado o para el otro.

Si, como ha dicho en alguna ocasión, la política es ficción, ¿la ficción debe ser política?
No necesariamente, pero la mayoría de las ficciones que a mí me interesan son políticas o admiten lecturas políticas. Eso no significa para nada que sean ideológicas o que sean novelas de tesis, que están pasadas de moda en nuestra época, pero sí que tienen que ver con lo político, con el juego de poder que existe en el seno de la sociedad o entre las personas.

Es usted un autor de la generación del crack que escribe sobre el crack. ¿Satisfecho de este crack al cuadrado? 
Hay una coincidencia porque cuando nosotros inventamos el nombre crack en 1994, no sabíamos que el crack era una droga y una de las resonancias que teníamos del crack era la del crack de la bolsa, de modo que quizá el mayor acto de coherencia con el movimiento del crack sea escribir sobre el crack.




lunes, 23 de diciembre de 2013

La quinta Alemania. Un modelo hacia el fracaso europeo

Rafael Poch-de-Feliu, Ángel Ferrero y Carmela Negrete
Icaria Editorial. 2013.
256 págs. 18 €.

Alemania sigue creciendo y es ‹‹el motor de Europa›› porque hizo los deberes… Alemania hizo dolorosas pero necesarias reformas (recortes sociales y económicos) que ahora deben ser asumidas por quienes han vivido del cuento… Alemania está pagando nuestro ‹‹rescate›› porque los españoles vivimos por encima de nuestras posibilidades… Esta es la narrativa de la eurocrisis, impulsada por el gobierno alemán y replicada por el establishment germano, a través de sus correas de transmisión mediáticas cuya propaganda llega hasta los países del sur. Pero, ¿qué hay de verdad en ello?

Este ensayo periodístico escrito a tres manos desmonta las mentiras sobre las que reposa el supuesto milagro alemán, versión siglo XXI, y presenta una visión quizá apresurada y provisional sobre la realidad alemana y sus efectos en Europa, pero certera y necesaria. Porque es verdad que Alemania ha seguido creciendo durante la crisis, pero lo ha hecho gracias a la exportación y la explotación de mano de obra barata, porque su consumo interno está estancado desde hace diez años. Es verdad que Alemania acometió dolorosas reformas tras la reunificación, pero también lo es que está aprovechando su liderazgo europeo “dogmático y arrogante” para imponer un programa de involución neoliberal, que está profundizando “la desigualdad social y entre países” y llevando a una “ruptura desintegradora del proyecto”. Es verdad que está prestando dinero a otros estados, pero lo hace para salvar bancos que si cayeran arrastrarían a instituciones alemanas en su derrumbe porque ellos también participaron en el casino global.  Y es verdad que, aprovechando la eurocrisis, Merkel está exportando sus recetas (retraso en la edad de jubilación, menor protección ante el despido, minijobs, reducción del papel y el tamaño del Estado, las prestaciones sociales y los salarios) como si no hubiera alternativas al austericidio, que en realidad sí existen.

Rafael Poch-de-Feliu -corresponsal de La Vanguardia en Berlín y responsable de la parte más brillante y esclarecedora de esta reflexión-, Ángel Ferrero y Carmela Negrete recuerdan cómo las dos Alemanias anteriores desembocaron en grandes guerras. ¿Qué sucederá con esta nueva Alemania, la quinta de la historia moderna europea, que arrancó con la reunificación nacional de 1990? El diagnóstico no deja lugar a dudas: “la quinta Alemania apunta claramente hacia la desintegración europea”. La partición en dos de la eurozona o, en todo caso, la devaluación del proyecto europeo a menos que entre en juego “el factor ciudadano, una rebelión civil y sindical coordinada en Europa,  o en algunos países”.

En definitiva, un ensayo apto para todos los públicos e imprescindible para contrarrestar la verdad oficial en torno a esta crisis y cuestionar, desde la razón, las recetas neoliberales impuestas desde Alemania y asumidas con entusiasmo por nuestros líderes políticos.

Lee las primeras páginas de este libro.

martes, 30 de julio de 2013

Todo lo que era sólido

Foto: Elena Blanco
Antonio Muñoz Molina
Seix Barral. 2013.
253 págs. 18,50 €. E-pub: 12,99 €


Desde que comenzó la crisis, esperamos la Gran Novela española del crack. Algo así como Las uvas de la ira, de Steinbeck, en versión primera década del siglo XXI, pero no llega. Lo que sí está ya en librerías es este ensayo de Antonio Muñoz Molina (Úbeda, 1956), oportuno y valiente, en el que el Príncipe de las Letras 2013, asentado desde hace años en Estados Unidos, vuelve a casa para analizar cómo hemos pasado, en tan poco tiempo, de ser el país de Jauja a ser un país en vías de subdesarrollo y advertir que todo aquello que hace solo siete años pensamos que era sólido y perdurable -la prosperidad, el bienestar, los derechos sociales, la sanidad universal, el trabajo, la propia democracia- es, en realidad, tan frágil como una delgada capa de hielo.  
Pocos intelectuales de la talla de Muñoz Molina se han arriesgado, hasta ahora, a escarbar de forma tan desinhibida en los polvos que nos traído estos lodos. Entre ellos, “la quiebra de la legalidad, la ambición de control político y la codicia, pero también la suspensión del espíritu crítico inducida por el atontamiento de las complacencias colectivas, el hábito perezoso de dar siempre la razón a los que se presentan como valedores y redentores de lo nuestro”. La “negligencia profesional, militancia sectaria y disposición cortesana” de los medios de comunicación. La incompetencia política, la corrupción, los delirios de grandeza de los cargos públicos que se creen con derecho a utilizar coches oficiales de lujo mientras escatiman medicinas necesarias a los jubilados. La reverencia servil hacia la iglesia católica y sus rituales. El desvarío nacionalista. El espejismo del dinero barato y de la burbuja inmobiliaria. La corrupción. La propensión al paroxismo de la fiesta…
Muñoz Molina arma su discurso con libertad, apoyándose en tres patas: reflexión, notas autobiográficas, en las que su habilidad narradora brilla especialmente, y algunos datos, en su dosis justa, sobre los años del pelotazo y el despilfarro. Como el mismo autor explica, escribe dejándose llevar: “El propio acto de escribir desata a la vez los argumentos y los recuerdos. La urgencia de comprender y de intentar explicarme a mí mismo el presente me devuelve fragmentos del pasado”.  El resultado es, pese a su aparente ausencia de método, una sistemática revisión no solo sobre lo ocurrido, sino  sobre sus posibles soluciones. Y ahí es, sobre todo, cuando entronca con el ideario regeneracionista al reclamar, en esencia, lo mismo que Joaquín Costa en su famoso eslogan -“Escuela, despensa y siete llaves al sepulcro del Cid”-, que Muñoz Molina concreta en la defensa activa de esos derechos que consideramos sólidos, aunque datan de hace no mucho más de treinta años: “Las pocas cosas que de verdad hacen mejor la vida: el derecho a la educación pública y a la sanidad pública; el imperio de la ley; la garantía de seguir disponiendo de una vida decente en la vejez”.
En este ensayo razonado y razonable no hay gritos, grandilocuencias,  ni llamadas a las barricadas. Hay un espejo para que nos miremos en él, una propuesta de debate racional y una apuesta  por la serena rebelión imprescindible para salvar los muebles ahora que, roto el hielo, caminamos sobre una “incógnita llena de amenazas”.
Chapó.

o mira el video-tráiler de este ensayo de Muñoz Molina:
 
 

martes, 19 de marzo de 2013

Santiago Roncagliolo: “El humor es el último refugio de la inteligencia”


Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) tiene nueva novela: Óscar y las mujeres (Alfaguara, 2013). Se trata de una comedia sobre la producción de culebrones televisivos ambientada en Miami, protagonizada por un patético escritor de guiones abandonado por su novia y en fase de bloqueo creativo. Nada que ver con Abril Rojo, que le convirtió en el ganador más joven del Premio Alfaguara de Novela, con 31 años, o con Memorias de una dama y Tan cerca de la vida, en la que experimentó con la ciencia ficción y el thriller psicológico. Con más de 150.000 ejemplares de sus libros vendidos y traducidos a veinte idiomas, Roncagliolo reivindica aquí el humor como vía de escape ante las amarguras de la crisis y como “último refugio de la inteligencia”.
Publica una comedia y encima, antes de aparecer en papel, se distribuye por entregas a través de internet. ¿Se ha vuelto loco?
He hecho cosas más raras, de hecho. Pero a la gente le sorprende que escribas una comedia. Cuando escribí una novela de ciencia ficción nadie me preguntó por qué. Ahora sí. Las comedias deberían ser más frecuentes.
¿Cree que la situación en España está para bromas? Quiero decir, ¿por qué decidió escribir una novela de humor en plena crisis económica, con más de cinco millones de parados y personas que se suicidan porque van a ser desahuciadas de sus casas?
Precisamente por eso. Cuando no tienes trabajo y te van a desahuciar, no tienes muchas ganas de leer sobre gente que no tiene trabajo y va a ser desahuciada. En los momentos tristes, la comedia es más necesaria que nunca.

Julio Cortázar
se quejaba de que “el escritor que se autodefine como escritor, que tiene la ambición de ser un escritor, es un tipo que automáticamente se pone muy serio”, como si la indagación sobre la condición humana estuviera reñida con la comicidad. Sin embargo, a usted le tira el humor. ¿De dónde le viene el gusto por la tragicomedia?

Para los latinoamericanos, el humor siempre ha sido una herramienta de defensa ante la realidad. Tenemos mucho humor negro político, por ejemplo. Y para mí en particular, es el último refugio de la inteligencia. Yo he visto caerse el Muro de Berlín y Wall Street. No creo en grandes ideologías. Pero creo en la capacidad del humor para mostrar la absurdidad de la realidad.

Según Eduardo Mendoza, el humor va por barrios. Él practica un humor catalán, fenicio y socarrón. ¿Cómo definiría el suyo? ¿Es latino, español…? No termino de ubicarlo…

Creo que mi humor siempre tiene un dejo de tristeza. Es el humor del que ríe para no llorar.

¿De quién fue la idea de lanzar la novela por entregas?

De la editorial. Odio admitirlo, porque fue una idea muy buena. Me habría gustado tenerla yo.

¿Cómo compra usted los libros en digital o en papel?

Ambos. Leo en digital en lenguas extranjeras, sobre todo. Libros que no puedo comprar en la librería del barrio. Pero si quiero hacerte un regalo, no te mando un link. Te doy un libro de papel.

El personajes central de su última novela, el guionista Óscar Coliffato, es patético: obsesivo, amargado, asocial, inmaduro, egoísta, maniático… Un tipo en estado de hemiplejia viril e impotencia creativa al que, como a usted, le pone de muy mal humor que le distraigan cuando está escribiendo. Dígame que no se parece a él en nada más…
También tengo problemas de encías. Es en lo que más nos parecemos Óscar y yo.

¿Puede escribir usted sin estar enamorado o le pasa igual que a su personaje?

Sólo puedo escribir sobre lo que siento en cada momento. Tan cerca de la vida era una novela de cuando yo quería vivir en un planeta diferente. Óscar y las mujeres es la novela de un hombre que se reconcilia con la realidad.

Óscar es un tipo para quien el mundo real es una ilusión y la ficción de sus telenovelas es la única realidad. Como escritor, ¿dónde se siente usted más a gusto, en el mundo real o en el universo literario?

Como Óscar, he atravesado un proceso de reconciliación con el mundo real. Me saqué el carnet, hice terapia, aprendí a llevar la contabilidad... Ahora soy un adulto relativamente funcional.

Usted trabajó también escribiendo guiones para varias telenovelas. ¿Aprendió algo que luego le haya resultado útil en la escritura de sus novelas?

Mantener a la chica virgen durante 120 capítulos es un gran ejercicio de creatividad. En la vida real, ya nadie es virgen durante más de 3 capítulos.

¿Por qué eligió Miami para ambientar esta historia?
Porque es el lugar que concentra todo lo que Óscar odia.

Como ciudad, no sale muy bien parada. Se la presenta como una urbe frívola, chillona y ordinaria. Su protagonista la odia “centímetro a centímetro”. Encuentra ofensiva “la calcinante luz del sol”. Detesta la arquitectura art decó, “los edificios que brotaban como velas en un gigantesco pastel de bodas”. Sufre “con el acento inclasificable de los hispanos” que, en su opinión, han construido “una lengua franca con lo peor de cada dialecto”… ¿Comparte la opinión de Coliffato?

No. A mí, eso es precisamente lo que me gusta de Miami. Y de Barcelona, por cierto. Son ciudades en las que conviven dos idiomas y dos culturas, a veces incluso dentro de la misma frase.

Vecinas con casas donde todo es rosa. Boxeadoras con traje de baño y tacones. Productores de telenovela obesos con residencia en un clon de la Casa Blanca en Star Island, aficionados a los juguetes sadomasoquistas. Actrices de telenovela rebosantes de colágeno y silicona… Definitivamente, mi comunidad de vecinos y mi ciudad son un muermo o no sé mirar…

Si alguno es más glamuroso, no lo sabrás. Los europeos son más discretos. Y a los ricos europeos, el dinero les da vergüenza y lo esconden. En América, en cambio, la principal razón para tener dinero es poder lucirlo.

¿Por qué hay tantas prostitutas en sus novelas?
No lo había pensado ¿Hay tantas? Es curioso, porque nunca me he acostado con una.

Ha vivido en México, Perú y ahora en Barcelona. ¿Se ha planteado vivir en Estados Unidos? ¿En Miami, quizá, o teme que después de esta novela le declaren persona non grata?


Para mí, Barcelona es la mejor ciudad del mundo. Pero me encantaría pasar una temporada en Estados Unidos. Y sí podría ser en Miami. Óscar la odia pero yo no. De hecho, quizá soy el único escritor que no habla mal de Miami.
¿Qué opina de la vida cultural de esta ciudad?
La feria del libro de Miami es espectacular. Es bilingüe, y está llena de eventos interesantes. Yo vi ahí a Obama cuando aún nadie hablaba de él fuera de Estados Unidos.

¿Qué libro le regalaría usted a Mariano Rajoy?

Bartleby el escribiente de Melville. Rajoy sigue la misma filosofía del protagonista: no hacer nada hasta que todo reviente.

¿A Ollanta Humala?

Mi libro La cuarta espada, donde sale él.

Y, ¿a Obama?

Cualquiera de Jonathan Franzen porque sé que le gusta.

Ha escrito guiones, novelas infantiles, teatro, novelas políticas, comedias… ¿Qué será lo próximo? ¿Un culebrón tipo Barcenas o Urdangarín…?

Sería demasiado triste. Hay cosas que ni Corín Tellado podría inventar.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Destino publicará antes de Semana Santa la obra póstuma de Stéphane Hessel: ‘¡No os rindáis!’

© Ulf Andersen
 
Stéphane Hessel, autor de ¡Indignaos!, elemento inspirador que dio nombre al movimiento de los indignados españoles en mayo de 2011, falleció la pasada noche a los 95 años en París. Por tanto, no va a ver publicada su nueva obra, que está en imprenta: ¡No os rindáis! Un libro pensado y escrito expresamente para los lectores de nuestro país, que iba a publicarse en mayo, pero que finalmente llegará a librerías antes de la Semana Santa. Probablemente, el 20 o el 22. 

Su editora, Destino, afirma que se trata del “testamento político de Hessel, el legado de un hombre sabio” que fue veterano de la resistencia francesa y miembro del comité que redactó la Declaración Universal de Derechos Humanos, de origen judío y alemán pero muy crítico con la política actual del Estado de Israel.
 
 Han pasado dos años desde “¡Indignaos!” (cuatro cientos mil ejemplares vendidos en España; más de cuatro millones en más de cien países). Nos encontramos con la crisis en su fase más aguda y sin visos de salida inmediata, con España bordeando los seis millones de parados, con el futuro de Europa, de su moneda y sus instituciones políticas, sometidas a esa deriva que no parece tener alternativas de solución a corto ni a medio plazo. En esta situación Stéphane Hessel, de la mano del periodista y escritor Lluís Uría, aporta en ¡No os rindáis! sus propuestas para seguir adelante, para no dejarnos avasallar por los profetas de la catástrofe, y para evitar que el futuro de los jóvenes, lo escriban los nuevos dioses del siglo XXI: los mercados financieros y sus agentes políticos gubernamentales.

¿Quién era Hessel?

Stéphane Hessel (Berlín, 1917-París, 2013), el diplomático germano-francés que dio nombre a la indignación, tuvo como padres a dos espíritus libres, el escritor de origen judío Franz Hessel y la pintora Helen Grund, que formaron con Henri-Pierre Roché el célebre trío que retrató Truffaut en “Jules y Jim”. Creció y se formó en París, desde donde, en 1941, viajó a Londres para unirse a la Resistencia del general De Gaulle contra la invasión nazi. Detenido y brutalmente interrogado por la Gestapo, fue deportado al campo de exterminio de Buchenwald, de donde logró salir tras intercambiar la identidad con un preso ya fallecido.
 
Tras la segunda guerra mundial participó en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Su carrera diplomática le llevó a la Indochina francesa, Argel, Ginebra, y a asumir tareas de mediador en situaciones extremas, como en Burundi en 1994, en vísperas del genocidio en la vecina Ruanda. Una dilatada labor reconocida en 1981 con la dignidad de embajador de Francia.

En sus últimos años alcanzó la fama internacional gracias a “¡Indignaos!” (2011). Entre sus obras están también “¡Comprometeos!” (2011), las memorias “Mi baile con el siglo” (2011) y, junto al filósofo Edgar Morin, “El camino de la esperanza” (2012).

Hessel renunció a percibir honorarios por sus libros.

 

martes, 8 de enero de 2013

Pablo Gutiérrez: “Para mí la novela es una forma de resistencia”

foto Paco Moscoso
Pablo Gutiérrez (Huelva, 1978) es uno de los mejores narradores jóvenes de la literatura en español, según la revista Granta. Su primera novela 'Rosas, restos de alas' (2008, reeditada y ampliada como volumen de relatos en 2011) obtuvo el Premio Tormenta en un Vaso al mejor autor novel en castellano. La segunda, 'Nada es crucial' (2010), fue Premio Ojo Crítico de Narrativa. A finales de 2012 publicó 'Democracia', una novela social en la que este profesor de literatura en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), carga, desde el cabreo confeso y con una voluntad de resistencia, contra algunos de los responsables de esta “crisis/estafa que nos ha aniquilado” convirtiéndonos en “súbditos” de un nuevo sistema al que define como “feudalismo amable”.

¿Democracia es una novela cabreada, indignada, agitada, harta, revolucionaria…?
Hay mucho cabreo y mucho hartazgo, sí. Revolucionaria… ojalá. Al menos pretende ser una novela de resistencia.
 
Dijo usted que es una novela de corte social que pretende "cagarse en la madre de alguien muchas veces". ¿Puede ponerle nombres y apellidos a ese alguien?
No recuerdo haber dicho una frase como ésa, en público procuro ser más educado, no me encaja ese tono Pérez-Reverte. Pero sí es una novela social con enemigos definidos, sin duda, y algunos con nombres propios: George Soros, por ejemplo, uno de los ideólogos del sistema financiero, se convierte en personaje de ficción. Y también se habla en la novela de otros seres encantadores como Alan Greenspan que crearon este universo, y otros seres miserables y menores de nuestro cutre país, como Díaz-Ferrán. También pasaba en mi novela anterior, Nada es crucial, y en esa ocasión el enemigo era Kilo Argüello.  
 
¿De dónde sale? ¿De una imagen, de las noticias, de un runrún…?
De la burbuja sociológica y obsesiva que la crisis ha creado en nosotros. Antes de 2008 la economía sólo era una sección más de los periódicos, y se publicaba en páginas de otro color para que no se acercaran los intrusos. Después de 2008 no existe otra cosa que economía, la economía ha devorado la información, la crisis es un eclipse que todo lo oculta.

En sus novelas suele estar presente un discurso explícitamente político. En Democracia escribe usted: “las palabras son criaturas, espinas, detonadores”. Y, ¿la novela? ¿Qué es entonces, o qué debería ser, según usted, la novela?
No me siento capaz de hacer ninguna perífrasis del tipo “la novela debería ser así”. Para mí la novela es una forma de resistencia pero no digo que para los demás escritores deba ser lo mismo. Cada cual escribe de lo que respira.

martes, 23 de octubre de 2012

10 novedades para indignados, cabreados y pre-ocupados con la crisis (y II)

Aquí os dejo la segunda entrega de las novedades del boom indignado. Algunas han llegado ya a librerías. Otras están al caer.

La mayoría son ensayos. Todavía no ha surgido ningún Steinbeck que escriba Las uvas de la ira de esta crisis, pero también tenemos alguna novela con protagonistas cabreados y directores de cajas de ahorro en el punto de mira. Pasen y lean:

1. Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero, de Vicenç Navarro y Juan Torres López (Espasa). Un análisis de los mecanismos en que se basa el poder de la banca y de los grupos económicos que dominan el mundo, y la explicación con palabras sencillas de los secretos de una globalización financiera insolidaria e irracional. 

2. La espada de Damocles, de Petros Márkaris (Tusquets). 
Indignado ante la precariedad de la vida cotidiana de tantos ciudadanos, castigados por medidas diseñadas en Berlín y Bruselas, el novelista griego alerta en este ensayo de que ésta no es una crisis más, y que sólo volviendo a las raíces del humanismo -inventado precisamente en Grecia- podremos dejar de sentir esa espada de Damocles sobre nuestras cabezas.

Lee las primeras páginas.

miércoles, 17 de octubre de 2012

10 novedades para indignados, cabreados y pre-ocupados con la crisis (I)

Desde que Stéphane Hessel abrió hace año y medio la veda con su ¡Indignaos!, casi todas las editoriales andan a la caza de lectores cabreados y pre-ocupados con la crisis y la madre económica que parió tanta incertidumbre y zozobra. A continuación resumo algunas de las novedades recientemente aterrizadas en las librerías para ayudarnos a comprender (mejor) por qué estamos como estamos y lo que nos espera. Como verás en este pequeño muestrario del boom indignado, hay de todo: oportunos y oportunistas, necesarios y prescindibles. Tú eliges:

El premio Nobel muestra cómo los mercados por sí solos no son ni eficientes ni estables y tienden a acumular la riqueza en manos de unos pocos más que a promover la competencia. “Una contundente crítica a las ideas del libre mercado y a la dirección que Estados Unidos y muchas otras sociedades han tomado durante los últimos treinta años”. Imprescindible.

Lee las primeras páginas.

2. 23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo, de Ha-Joon Chang (Debate).
Un heterodoxo economista coreano, en línea con Stiglitz y compañía, que aspira a destrozar “los principales mitos sobre el mundo en que vivimos” y cuestionar “las premisas que sostienen el dogma y la propaganda que la escuela dominante de economistas neoliberales -los apóstoles del libre mercado- ha lanzado desde los tiempos de Reagan”.
  
 

martes, 18 de septiembre de 2012

Posteconomía. Hacia un capitalismo feudal

Antonio Baños Boncompain
Los libros del Lince. 2012.
252 págs. 19,50 €.


El sistema capitalista, burgués, liberal y democrático que conocemos está extinguiéndose para dar paso a una nueva Edad Media. Esta es la tesis fundamental que defiende en su segundo ensayo Antonio Baños, periodista antisistema adscrito a la tradición libertaria.
 
Como él mismo reconoce, no se trata de una idea original. Hedley Bull, en 1977, o Immanuel Wallerstein, en 1997,  auguraron la deriva neofeudal que pronostica Baños, aunque éste utiliza un hiperbólico humor negro -a lo Aleix Saló, pero mucho más profundo y documentado que el del historietista catalán-, que diferencia radicalmente su obra de tan sesudos autores. Así pues, estamos ante un ensayo sobre economía apto para todos los públicos, perteneciente a lo que podríamos llamar el subgénero indignado que inauguró Sthéphane Hessel y que no deja de producir novedades editoriales de mayor o menor calado para disparar conciencias y plantear alternativas a la crisis, explicar su origen y secuelas.

martes, 19 de junio de 2012

Simiocracia. Crónica de la Gran Resaca Económica

Aleix Saló.
DeBolsillo. 2012.
144 págs. 9,95 €. EPUB: 2,99

Como en el atletismo, hay lectores maratonianos, resistentes y obstinados, capaces de abordar obras de gran profundidad intelectual y llegar hasta la última página como sea, a fuerza de voluntad y ganas de aprender. Y hay lectores con mentalidad de velocistas, que prefieren volcar toda su energía en unas cuantas páginas y devorarlas a un ritmo feroz. Simiocracia es, sin duda, perfecta para estos últimos.

Como reconoce Aleix Saló en las dos primeras páginas de este cómic político, el grueso de su trabajo “no es más que un refrito de conclusiones y datos aportados por los medios de comunicación, por una parte, y de jerga popular, chascarrillos de mi entorno y conversaciones de barra de bar y de foro virtual”. En otras palabras:  la simpleza de los argumentos que baraja el autor de Simiocracia tienen el regusto de un chicle a medio mascar, no el de uno recién desenvuelto, con todos los sabores intactos y explosivos.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Book-trailer de 'Simiocracia'

Estoy leyendo Simiocracia. Crónica de la Gran Resaca Económica, de Aleix Saló. Os dejo aquí el book-trailer. Es divertido y pedagógico.

lunes, 7 de mayo de 2012

¡Acabad ya con esta crisis!

La editorial Crítica acaba de publicar ¡Acabad ya con esta crisis!, de Paul Krugman, Premio Nobel de Economía. Entre otras cuestiones, Krugman aborda las causas de la actual crisis económica, los motivos que conducen a que sigamos sufriendo hoy sus consecuencias y la forma de salir de ella, recuperando los puestos de trabajo y los derechos sociales amenazados por los recortes.

“Naciones ricas en recursos, talento y conocimientos –los ingredientes necesarios para alcanzar la prosperidad y un nivel de vida decente para todos- se encuentran en un estado de intenso sufrimiento”. ¿Cómo llegamos a esta situación? Y, sobre todo ¿cómo podemos salir de ella? Estas son las cuestiones que plantea en el libro este influyente economista.

Para más información: http://blogs.elpais.com/letra-pequena/2012/05/astillas-de-primavera-2.html

sábado, 14 de abril de 2012

viernes, 29 de julio de 2011

Después de la crisis

Traducción de Jordi Terré

PAIDÓS. Barcelona, 2011
176 páginas. 20  euros

Como Pierre Soulages, padre del oute-noir (ultranegro), Alain Touraine (Hermanville-sur-Mer, 1925) busca la luz en la oscuridad. Este ensayo ofrece una mirada tenebrosa sobre la crisis actual. 176 páginas teñidas de sombríos presagios de textura económica y social, en los que, al igual que el pintor abstracto, el sociólogo francés rastrea los tenues reflejos de luz que surgen del negro. Un color violento que incita a la interiorización y, en el caso de Touraine, reconocida “luminaria del pensamiento europeo”, a buscar la claridad secreta que emana, si se sabe mirar, de la oscuridad de la crisis.

Con trazos empastados y a veces reiterativos, Touraine concluye que el capitalismo clásico está en ruinas. A partir de ahora, nada volverá a ser que lo fue: ni los actores sociales, ni los conflictos, ni la intervención del Estado, en el sentido clásico del término. ¿Hacia dónde vamos? El Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010 baraja dos posibilidades: una, “el negro futuro”. Es decir, la catástrofe, al menos en una Europa acosada por los especuladores y con un euro que se mueve por el ring financiero como un boxeador sonado. Conclusión: “la hipótesis de una nueva crisis no puede ser descartada, y eso podría conducir a un encadenamiento catastrófico de crisis”.

Segunda posibilidad: “El futuro abierto”. Aquí es donde Touraine atraviesa el muro del negro en busca de los reflejos de luz que se vislumbran en la tela social y que podrían traducirse en una refundación. La “creación de una nueva vida social, basada ya no en un redistribución de la renta nacional, sino en la consolidación de la defensa de los derechos universales del hombre como única arma posible contra el aparente triunfo de la economía globalizada”.

El autor reconoce que la construcción de este nuevo “mundo de derechos” es una tarea inmensa, como lo fue el derrocamiento de las monarquías, y advierte que “no puede llevarse a cabo por una revolución, ni tampoco por las reformas que proponen las socialdemocracias”, sino retomando “el camino original de la democracia, que va de abajo arriba”. Una democracia participativa renovada, donde Touraine confía en que emerjan “militantes y figuras ejemplares organizadas, ya no verticalmente, como los partidos y sindicatos, sino horizontalmente, por una opinión pública y por actores informados sobre todo por los medios de comunicación y por Internet, decididos a no dejar que se construya un nuevo poder todavía más autoritario que el antiguo”.

Lee las primeras páginas

viernes, 8 de julio de 2011

No nos representan

Pilar Velasco Acedo
80 páginas. 5 euros. E-pub: 3,99 euros.

¿A quién acusan los indignados de la crisis? ¿Qué piden? ¿Cuál es la estrategia? ¿Y el programa? ¿Cambiarán el rumbo de Europa? ¿Es esta una Revolución Mundial de ciudadanos?

Pilar Velasco, periodista de investigación de la cadena Ser que estuvo en la acampada de Sol desde el principio, ha recogido en No nos representan el manifiesto de los indignados en 25 propuestas. Son reivindicaciones abiertas, sometidas a la discusión asamblearia a la velocidad de la red, que tratan de ofrecer soluciones y alternativas a lo que ya no funciona.

Este libro es fruto de una gran conversación, con el movimiento, con las lecturas que hacían los medios, con los grupos que impulsaron el 15 M y también con expertos -como el profesor Juan Carlos Monedero- que han pensado en y desde el movimiento sobre las nuevas formas de democracia. Y con un objetivo, que la conversación continúe.

jueves, 30 de junio de 2011

Frivolidad estival

Pensaba dedicar esta columna al debate sobre el estado de la nación, pero el calor me ha licuado las neuronas y no estoy para los “esfuerzos colectivos” que demanda Zapatero, ni para valorar el adelanto electoral que pide Rajoy. A cuarenta grados, hasta las ideas me caminan pegadas a la pared, buscando la sombra. Estoy harta de la temperatura económica, política y social, que nos mantiene asfixiados a todos. Más que con adelantos electorales, sueño con vacaciones anticipadas. Zapatero pide que seamos "más competitivos, más innovadores, más flexibles y más eficientes” y yo solo pienso en cómo me las apañaré para ser la primera en colocar la toalla en mi playa preferida,  en renovar mi bikini, en la flexibilidad de las gambas del chiringuito y en la eficiencia de mi abanico. Lo reconozco. Tengo un ataque de frivolidad estival que me impide pensar en el euro, en la crisis, en Libia o en el rescate griego. No puedo. Mi termostato interior me impide semejante sobreesfuerzo.  Solo me da para encender el ventilador y dejarme vencer por una siesta sin crisis, paro, ni ejecuciones hipotecarias. Que me despierten cuando la pesadilla haya pasado.

jueves, 23 de junio de 2011

Que viene el banco

Los bancos son como los zombies. Muertos resucitados gracias a las ayudas públicas, que según el FMI rondaron los 800.000 millonesde euros en 2010. Estos zombies se llaman Bank of America, JP Morgan, Barclays, Deutsche Bank y Goldman Sachs, entre otros. Ellos son en gran medida responsables de la crisis, pero no solo no han pagado por ello, sino que, cuando todos perdemos (empleos, casas, derechos…), ellos siguen ganando. En España, la banca contribuyó a inflar la burbuja inmobiliaria. A su ineficiencia y codicia de ayer se suma la racanería que hoy aplica a la hora de dar crédito a las familias y las empresas. Y no solo nos mantiene ahogados, sino que sangra a los ciudadanos con comisiones indecentes, como la adoptada por Bankia, que apartir de agosto va a chupar seis euros trimestrales a los titulares de lascuentas con un saldo medio inferior a los 2.000 euros.  Una forma de penalizar a los pobres que da más miedo que el coco, con el que los padres amenazaban a los niños que no querían dormir, y cuya nana, vistos los números, debería actualizar su letra con un “que viene el banco/y te comerá”, mucho más conforme con estos tiempos.

jueves, 16 de junio de 2011

Horror tras la ventanilla

Tengo la imagen de una gitana rumana clavada en un sitio que no sé nombrar. Es una vieja seca y doblada, con los ojos como púas. La veo cada mañana cuando voy a trabajar, en la calle donde un africano intenta –“por favor, por favor”- que le compre La Farola. La misma donde un hombre sin brazos, clavado de rodillas, mendiga en silencio monedas que no sé cómo guarda en el bolsillo y donde un parado, sentado en una sillita plegable junto a una oficina bancaria que ofrece una televisión LED por domiciliar la nómina, ha escrito “no tengo trabajo” en el culo de una caja de cartón, sobre la que reposa un Niño Jesús con la pierna quebrada. La vieja tiene, allí donde debería estar su mano derecha, un muñón que no me atrevo a mirar de frente. Solo sé que lo tiene moreno y redondo, como si estuviera pulido, y que lo esgrime como un puño. Un puño que no puede ser, pero golpea, como su voz quebrada, que dice cosas que no entiendo, pero hiere, así que corro para no perder el autobús que se acerca y busco la protección higiénica de su aire acondicionado y de las miradas gélidas de los viajeros que miran, sin ver, el horror que respira tras la ventanilla.

jueves, 9 de junio de 2011

Mariano Manostijeras

Mariano Rajoy. Foto: PP.
Rajoy se resiste a mostrar las cartas que podrían hurtarle votos en las próximas elecciones. Sin embargo, a veces, se levanta el pico del velo tras el que oculta sus intenciones. El discurso oficial del PP dice que cuando lleguen al poder no tocarán ni la sanidad, ni la educación, ni las pensiones. Sin embargo, cuando Rajoy va un poco más allá de su argumentario a la gallega, que nos impide saber si sube, si baja o si permanece en el descansillo de los indecisos, insinúa preocupantes tijeretazos que debería explicar detalladamente a la ciudadanía. Por ejemplo, cuando compara a nuestro país con países del tercer mundo, ayudando, como suele, a reforzar la imagen internacional de España, ante la que los insaciables mercados siguen babeando como los lobos ante un cordero indefenso. “Un país africano puede tener unos gobernantes con unas magníficas intenciones que quieran un gran Estado de bienestar, pero si no tiene ingresos no es posible”, dice Mariano Manostijeras. Y añade: “Tendremos el Estado de bienestar que podamos permitirnos”, lo que traducido significa, sin duda, que nos encaminamos, cuesta abajo y sin frenos, hacia el Estado del malestar.

jueves, 19 de mayo de 2011

¿Quién es el PIG?

Hace una semana el Fondo Monetario Internacional (FMI) incluyó a España en el grupo de las economías enfermas denominado PIGS, acrónimo formado por las iniciales de Portugal, Irlanda, Grecia y España, en inglés, que también significa cerdos en ese idioma. Poco después, vimos una foto del director gerente del FMI, el socialista francés Dominique Strauss-Kahn, alias DSK, subiendo en París a un Porche Panamera de 100.000 euros prestado por un directivo de Lagardere, un grupo de armamento y medios de comunicación. Y apenas 24 horas después, conocimos la detención de DSK en Nueva York por presunta agresión sexual a la camarera del hotel donde se alojaba, de a tres mil euros la noche. Aunque la  policía confirme los hechos, es más que probable que el presunto agresor salga de rositas llegando a un acuerdo extrajudicial con la presunta víctima que lo exonere, llegado el caso, de ir a la cárcel. No será la primera vez que el sexagenario director del FMI se libra por los pelos de tener que afrontar problemas relacionados con su entrepierna. De cualquier forma, si se demuestra que DSK agredió a la chica, estará claro quién es aquí, de verdad, el PIG.