144 págs. 9,95 €. EPUB: 2,99
Como en el atletismo, hay lectores maratonianos, resistentes y obstinados, capaces de abordar obras de gran profundidad intelectual y llegar hasta la última página como sea, a fuerza de voluntad y ganas de aprender. Y hay lectores con mentalidad de velocistas, que prefieren volcar toda su energía en unas cuantas páginas y devorarlas a un ritmo feroz. Simiocracia es, sin duda, perfecta para estos últimos.
Como reconoce Aleix Saló en las dos primeras páginas de este cómic político, el grueso de su trabajo “no es más que un refrito de conclusiones y datos aportados por los medios de comunicación, por una parte, y de jerga popular, chascarrillos de mi entorno y conversaciones de barra de bar y de foro virtual”. En otras palabras: la simpleza de los argumentos que baraja el autor de Simiocracia tienen el regusto de un chicle a medio mascar, no el de uno recién desenvuelto, con todos los sabores intactos y explosivos.
En una captatio benevolentiae que le honra porque minimiza sus méritos y confiesa sus limitaciones creativas, Saló admite que su particular forma de describir algunos capítulos de la historia económica “incurre a menudo en simplificaciones u omisiones para componer un relato más accesible”. Simiocracia es, por tanto, al periodismo especializado “lo que las orquestas de pueblo son a la música superventas. Su meta no va más allá de interpretar versiones verbeneras de los grandes éxitos de la temporada anterior, pero también logran que tu tía la del pueblo baile como una posesa el último hit de Rihanna”. Amén.
En definitiva, una obra de divulgación social, económica y política desenfadada y malhablada en la que Saló pone sobre el papel lo que todo el mundo piensa y en la que llama a las cosas por su nombre. Si no la leen, no se perderán ningún diagnóstico imprescindible sobre la situación en la que nos encontramos. Pero, a diferencia de lo que sucede cuando vemos los telediarios o escuchamos las apocalípticas tertulias radiofónicas, les garantizo que leyendo Simiocracia sonreirán, que falta hace.
Ver el book-trailer de Simiocracia.
1 comentarios:
A mi los textos me han parecido aburridos, con argumentos que incluyen el "que" o "adn" cuando nos los ofrecen acompañados con natillas que crean colas en las bocas de metro.. Cuando el pueblo sabe "lo que pasa" es que lo que pasa suele ser otra cosa. Los dibujos si me gustan, me hacen gracia sus muñequillos. En mi opinión, y con mi respeto a este buen dibujante, Alex Saló está muy lejos de "el jueves" en economía y crisis en clave satírica. Pero bueno, es solo mi molesta opinión.
Salvando las diferencias pues son formatos distintos,si nos ceñimos a entender que pasa, "Simiocracia" es a "el casino que nos gobierna" como Bustamante a Paco de Lucía.
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