Mostrando entradas con la etiqueta cuento. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cuento. Mostrar todas las entradas

jueves, 5 de septiembre de 2013

El cuento: brevedad y poesía

José Domínguez Caparrós, catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la UNED, estructura su Introducción a la teoría literaria en dos partes: la primera trata de la definición de la literatura y de las disciplinas que la tienen como objeto de estudio; en la segunda se describen detalladamente cuestiones propias de la literatura como son la lengua y los géneros literarios. Este manual, dirigido principalmente a los alumnos de la asignatura Introducción a la teoría literaria, aborda las diferencias existentes en la novela y el cuento:

“Respecto de la novela, la brevedad del cuento condiciona la índole de sus argumentos. Henry Mérimée decía en 1925:

‹‹El cuento y la novela corta buscan sus temas entre aquellos cuyas crisis, por su rapidez, exigen la brevedad; simplifican, condensan, proceden por omisión más bien que por desarrollo; proyectan su luz sobre algunas circunstancias de una situación, no constituyen ningún gran cuadro, sino una miniatura exactamente dibujada››

“[…] El cuento tiene algo de la poesía lírica: el tono, la génesis (de forma súbita, frecuentemente, como la poesía), sensaciones y sentimientos que despierta. Teniendo en cuenta todo esto, la definición propuesta por Mariano Baquero Goyanes […] es:

‹‹El cuento es un preciso género literario que sirve para expresar un tipo especial de emoción, de signo muy semejante a la poética, pero que no siendo apropiada para ser expuesta poéticamente, encarna de una forma narrativa próxima a la de la novela, pero diferente de ella en técnica e intención. Se trata, pues, de un género intermedio entre poesía y novela, apresador de un matiz semipoético, seminovelesco, que solo es expresable en las dimensiones del cuento››

"[…] los elementos de la narración novelesca no pueden cumplir la misma función exactamente en el cuento. En su técnica, por ejemplo, la descripción tiene que justificarse como parte supeditada al argumento, y lo mismo ocurre con el diálogo. No pueden utilizarse con fines de ambientación o caracterización de los personajes solamente. El tiempo, además, impone límites que obligan a la condensación, que potencia estéticamente la emoción del cuento. En concordancia con esta característica parece estar la tendencia temática a una preferencia por los seres y los objetos pequeños. La brevedad exige una adecuación del tema, pues no hay que olvidar que el cuento debe leerse de un tirón, sin pausas”.

Citas extraídas de: 
Introducción a la teoría literaria. Páginas 219 y 220.
José Domínguez Caparrós
Editorial Universitaria Ramón Areces, 2011.

Si te interesan este tipo de entradas, visita la sección Apuntes sobre escritura.