El pasado uno de septiembre se cumplieron cien años del nacimiento gran editor Josep Janés i Olivé (1913-1959). Con este motivo, la editorial Debate acaba de publicar A dos tintas. Josep Janés, poeta y editor, en la que el lingüista Josep Mengual rinde homenaje a uno de los mejores editores españoles del siglo XX y reconstruye el ambiente en el que desplegó su intensísima labor cultural, de titánica ambición y rigor intelectual, en el contexto de la guerra civil, la censura y la penuria económica de los años cuarenta y cincuenta.
En la última entrevista que concedió antes de morir, se cifraban los libros publicados por Janés en 1.600 distribuidos en 51 colecciones. Quizá fueran menos, pero el recuento es de cualquier manera imponente, aunque en su caso importa mucho más la calidad que la cantidad. Su estímulo a las traducciones de obras inglesas, húngaras, francesas, italianas o estadounidenses influyó en la literatura escrita en España durante esa época y, como apunta Mengual en su minuciosa reconstrucción del personaje en su faceta no tanto humana como intelectual, “atenuó, y hasta cierto punto contrarrestó, la cerril cultura literaria que a partir de 1939 promovió y trató de imponer el régimen franquista”.
Autores emblemáticos como Fallada, Maugham, Carossa o Marai le convirtieron junto con su apuesta por escritores noveles que contribuyeron a renovar el panorama literario español, como Buero Vallejo, Paco Candel o Ignacio Agustí, en el editor de referencia en los años cuarenta y cincuenta. Pero, ¿quién fue en realidad Josep Janés y cómo llegó a crear una de las empresas editoriales más importantes en la España del siglo XX?
Niño prodigio
Uno de sus rasgos definitorios fue, sin duda, su precocidad.
Huérfano de madre desde 1918, “Janés era un niño prodigio que aprendió ya sus
primeras letras por su cuenta y sin ayuda”, destacando muy pronto su afición
por la poesía. Creó su primera revista a los 17 años, fundó el Avui con
19 y la editorial Rosa dels Vents a
los 21, edad en la que se consagra también como uno de poetas jóvenes más
prometedores de la literatura catalana y edita “una de las colecciones más
exigentes y cosmopolitas de la época”, los Quaderns Literaris. Janés era apenas
un veinteañero cuando definió su voluntad de alternar la oferta de clásicos
universales, nuevas voces literarias y literatura de género de calidad,
particularmente humorística y policíaca, líneas editoriales que tuvieron continuidad
en sus proyectos de posguerra.
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