martes, 29 de enero de 2013

Javier Arriero: "El mundillo literario está podrido"

foto Tamara Calleja
El mono lector inaugura hoy sección. Se llama Firma invitada y nace para incorporar otras visiones y reflexiones sobre la creación literaria y el mundo editorial. Hoy toma la palabra un compañero. El escritor Javier Arriero Retamar (ver nota bio-bibliográfica al final).

JAVIER ARRIERO RETAMAR
 
El mundillo literario está podrido. Probablemente siempre lo ha estado. Las editoriales son (siempre han sido) empresas, las empresas han de obtener beneficios, y la literatura apenas genera beneficios. Llamemos al asunto por su nombre; dinero.

Nos quedaría la crítica. Pero la crítica ejercida en los medios es interesada, y la crítica interesada no es crítica. Cuando los suplementos culturales anuncian las repetitivas listas anuales de las mejoras obras del año parten al mismo tiempo de una imposibilidad y de una falacia; ningún crítico ha leído todas las obras publicadas en el año. Por tanto, lo que anuncian (pues de un anuncio se trata, es decir, de publicidad) no son las mejores obras del año; son las obras que los medios pretenden vendernos ese año.

En este negocio el eslabón más débil es (siempre ha sido) el autor. Nada existe sin él, pero sólo obtiene un 10% del importe de las ventas de su obra, cuando lo obtiene, pese a que cede todos los derechos de reproducción prácticamente a perpetuidad. Lo que eso significa es que la inmensa mayoría de los autores, es decir, todos aquellos que no están respaldados por una poderosa industria editorial y, por tanto, por una intensa publicidad, perciben el equivalente práctico a cero por su obra. Una pizca simbólica que pueda figurar en un contrato para que haga la cesión de derechos legal. Pero el autor no tiene (no tenía) otra alternativa que aceptarlo, si quería que su obra llegara a los lectores, que es la verdadera aspiración de un autor legítimo. ¿Queréis ver a un ser humano exageradamente generoso? Mirad a un autor cualquiera cuya cara no salga asiduamente en los medios de comunicación. Trabaja años en una obra sincera y honesta que puedan habitar los lectores, y lo hace gratis. Puede que el lector pague una abultada suma por ese tomo de papel en la librería, pero está pagando a la tienda, a la distribuidora y a la editorial. Al autor le llega calderilla.

Todo esto era antes. En realidad, sigue siéndolo. Pero por primera vez hay alternativa, y un futuro posible que hace posible la literatura. El autor ya no necesita alienar su obra. No tiene que imponerse a sí mismo la censura, sutil, pero poderosa, que implica escribir buscando la aceptación de una editorial, lo que supone escribir con un ojo en la comercialidad de su obra, término éste, como mínimo, subjetivo, y en cualquier caso, alienante. Por primera vez, quizá por primera vez en la historia, los autores son (somos) libres. Pueden publicar su obra sin filtros espurios, y, además, sin coste. Y la libertad de los autores es también la libertad de los lectores; ya no tenemos que leer únicamente lo que algunos deciden que ha de leerse porque eso es lo único que copa la mesa de novedades.

El futuro de la literatura se llama libro electrónico.

Y quien quiera publicar, que publique, y quien quiera leerlo, que lea. En eso consiste la verdadera libertad. Y todo lo demás son mentiras.

Esta es la obra que yo os ofrezco libremente, y no hablaré de ella, porque no soy quién para hacerlo. Desde el momento en que la publiqué, os pertenece a vosotros; a todos los lectores que, libremente, deseen habitarla.

 

Breve nota bio-bibliográfica
 
Javier Arriero Retamar, autor irlandés nacido en Talavera de la Reina, cursó estudios de Literatura y Crítica Literaria en la Escuela de Letras de Madrid y de Historia en la UNED, imparte cursos de literatura y escritura creativa en Función Lenguaje y Bloomsday. En 1996 obtuvo el Premio de Novela Joven del Injuve con La Foliada, en el 2000 el Premio Ciudad de Ferrol-Liceo Rubia Barcia con Si te nombro al revés, es autor de la novela Cinco millones de cerdos (editorial Dilema, 2006) y de Siniestra (editorial Plataforma, 2010). Es cofundador de Team Newton, equipo multidisciplinar cuyo objetivo es indagar en las relaciones entre ciencia y arte, y es coautor de las exposiciones “Cien años de relatividad” y “Albert para los amigos, Einstein para niños”.

Lo que ocultan los paraguas (2012) es su última obra publicada.
 

 

 

 

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