viernes, 23 de septiembre de 2011

No Logo

Traducción de Alejandro Jockl y Lourdes Bassols
Paidós Contextos. Madrid, 2011
576 páginas. 19,50 euros

No Logo se publicó por primera vez en inglés en 2000 y en castellano un año después. Desde entonces, ha vendido más de 2.500.000 ejemplares en todo el mundo y se ha traducido a más de 28 idiomas. Todo un récord para un ensayo, convertido en estandarte del movimiento antiglobalización, que Ediciones Paidós reedita ahora con un prólogo especial a la décima edición en lengua castellana.

Diez años después de su publicación, No Logo sigue siendo un referente para adentrarse en los desmanes sociales y medioambientales cometidos, desde la impunidad, por empresas multinacionales señaladas con nombres y apellidos –Nike, Shell, McDonald’s, Microsoft, Disney, Hilfiger- que son, para Klein, “metáforas de un sistema económico extraviado”. La mayor parte de su diagnóstico sobre los males de la globalización se sostiene hoy por hoy. Las transnacionales siguen cerrando fábricas y centros de trabajo en occidente para ubicarse en guetos de trabajo esclavo de países pobres, donde, por ejemplo, las costureras deben orinar en bolsas de plástico, bajo las máquinas, porque no les permiten siquiera ir al baño o donde los operarios que fabrican pantallas de ordenador cobran sus horas extras con donuts o bolígrafos. No Logo golpea con la contundencia de un martillo pilón a las grandes corporaciones, hasta dejar las vergüenzas de la nueva economía global al aire. Solo por eso, merece la pena perseverar en su lectura, no siempre fácil, aunque sí absorbente.

Sin embargo, y pese a la agudeza de su análisis, hoy parece claro que Klein se equivocó cuando auguró una “vasta ola de rechazo frontal a las empresas transnacionales” por invadir los espacios públicos, ejercer la censura y favorecer prácticas laborales inmorales. El atentado contra las Torres Gemelas, símbolo del capitalismo estadounidense, convirtió la “militancia anticorporativa” en algo sospechoso, como si equivaliera “a respaldar los diabólicos objetivos del terrorismo”, y desinfló la reacción contra las multinacionales.

En definitiva, a No Logo le han salido algunas canas, pero sigue siendo un libro apasionante y apasionado, desaconsejable solo para friednamitas con la tensión alta y seguidores de los Chicago Boys con enfermedades cardiovasculares. Para los demás, no se pierdan tampoco el nuevo trabajo de Klein: La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre.

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