domingo, 22 de agosto de 2010

Nana

Foto: Marisol Pazos
Me la encontré hace siete años, un caloroso día de julio en Jaén, donde acudí por motivos de trabajo. Ella bajaba por la Avenida del Ejército Español haciendo eses como una borracha. Caminaba un trecho por la acera y otro por la carretera. Parecía un boxeador sonado que no sabe dónde está. Varios coches estuvieron a punto de atropellarla, pero milagrosamente desembocó en el Paseo de la Estación y, jadeante, se quedó bajo la sombra de un árbol sin saber por dónde tirar. Allí la alcanzamos mi compañera de trabajo y yo. Era una perra joven. Preciosa, aunque estaba sucia y muy delgada. Nos enternecimos y decidimos darle agua. Bebió con ansiedad. Luego, me miró con gratitud con sus enormes ojos castaños y su dulzura me pudo. Animada por mi compañera de trabajo, la llevé a un veterinario, que comprobó que no tenía microchip. Lo que sí tenía era pulgas y garrapatas para exportar, así que la limpiaron y me la traje a casa. Como es tan dulce, la llamé Nana.
A Nana le gusta que le rasques la barriga, pasear por el parque, los juguetes que hacen ruido cuando los muerde, las chuches para perros, tener la casa llena de familia o amigos, dormir en el patio, a la fresquita, en las calurosas noches de verano, y comer. Sobre todo le gusta comer. Reminiscencias, supongo, de su etapa de perra abandonada y callejera.

A Nana no le gustan los fuegos artificiales, el ruido de los tubos de escape de las motos, quedarse sola en casa y los hombres que usan bastón porque me temo que, antes de que me encontrara, recibió más palos que una estera. Pese a ello, hace tiempo que ha superado esa tendencia que tenía a esconderse bajo la cama cada vez que me veía escoba en mano. Ahora incluso persigue, divertida, el movimiento de la fregona. Creo que es una perra feliz.

Según un estudio que elabora cada año la Fundación Affinity, Ayuntamientos y protectoras recogen a diario más de 400 perros y gatos de las calles de nuestro país. En 2009, recogieron 115.879 perros y 35.794 gatos. Es decir, cada 3,5 minutos se recoge un animal de compañía en España. Aunque me lo pida el cuerpo, no voy a adjetivar a quienes los abandonan. Me dirijo a usted, humano responsable. Si le gustan los animales y está dispuesto a aceptar la responsabilidad que comporta tener en casa un animal, no lo compre. Adóptelo. Mi gente me dice que Nana tuvo mucha suerte por encontrarme. Yo creo que tuve mucha, mucha suerte por encontrarla a ella.

1 comentarios:

Conchi dijo...

Tuvisteis suerte las dos, igual que yo al conoceros y poder formar parte de vuestro días durante una etapa en la que Nana me dio mucho cariño, supongo que el que ha aprendido a recibir de su dueña que también me "acogió" con muuucho cariño. Nanita siempre vas conmigo aunque ahora no nos veamos tanto, te mando un beso y caricias bajo la barbilla. Conchi.