lunes, 6 de agosto de 2012

¿Qué hace que una persona del montón, incluso buena, actúe con maldad?

Philip Zimbardo
¿Qué hace que una persona del montón, incluso buena, actúe con maldad? El renombrado psicólogo social Philip Zimbardo identifica en El efecto Lucifer, un brillante e inquietante ensayo, los procesos psicológicos que explican por qué ciertos sistemas y situaciones pueden hacer que el doctor Jekyll se transforme en míster Hyde:

La desindividuación. Por ejemplo, cubrir la cabeza de un prisionero con una bolsa borra uno de los principales rasgos de individualidad. O dirigirse a él mediante un número, no por su nombre. También, que lleven uniforme, cosa que también sucede en el caso de los soldados
La deshumanización –un proceso básico en el prejuicio, el racismo y la discriminación-, porque niega a otras personas su condición de seres humanos. La propaganda nazi logró implantar, por ejemplo, en la mente social alemana la idea de que los judíos eran “enemigos despreciables del Estado merecedores de la ‹‹solución final››".
El anonimato, porque reduce la responsabilidad personal. Recordad cómo unos buenos niños ingleses de un coro se transforman en pequeñas bestias asesinados simplemente pintándose la cara en El señor de las moscas, de William Golding.
La obediencia a la autoridad. En un experimento realizado con 22 enfermeras, todas recibieron la llamada de un médico al que no conocían que les ordenaba administrar una medicación excesiva a un paciente.Todas salvo una lo hicieron, pese a conocer que la administración del fármaco podría tener consecuencias negativas para el paciente.
La pasividad o inacción del observador. Zimbardo lo llama “el coro silencioso que mira pero no ve, que oye pero no escucha” y pone como ejemplo un experimento curioso llevado a cabo entre seminaristas de Princeton. Unos, condicionados por la prisa, vieron a un gimiendo en un callejón, pero no se pararon a auxiliarlo pese a que esa misma mañana habían estado repasando la parábola del buen samaritano. Solo lo que disponían de tiempo de sobra se detuvieron para auxiliarle. Por tanto, el contexto social determina la conducta.
Y dos claves más de propina:
La autojustificación.
• La racionalización.

Para más información: www.luciferefect.com

2 comentarios:

Antonio F. Rodríguez dijo...

Y el miedo ¿no? Parece que cuando un perro tiene mucho miedo y está acorralado, es peligroso. Puede que con las personas pase algo parecido y que el pánico pueda arrastrarnos a cometer barbaridades.

Salud y libros

Raul Lilloy dijo...

pero todos esos comportamientos son inducidos por el poder sea economico o politico.
Digo que racionalmente son convenientes a cualquier gobierno, que la gente sea temerosa, que se aparte, que no sea solidaria, que no se indigne