Tele follonera

Soy follonerista desde que vi a Jordi Évole dejar flores con los colores de la bandera republicana sobre la tumba de Franco. O quizá sea desde su entrevista con Arnaldo Otegi, cuando Jordi le instó, con ese periodismo escrotal, descarado y provocador que le caracteriza, a condenar la violencia. El caso es que el domingo pasado, Évole volvió a dar una lección de reporterismo. Viajó a Estocolmo para entrevistar a Jimmie Akesson, líder del partido xenófobo Demócratas de Suecia. Un joven con aspecto de empollón que ha logrado colarse en el Parlamento sueco maquillando la imagen de la ultraderecha. Genial el momento del saludo en que Jordi le dice que hace mucho frío en Estocolmo con el agravante de que, allí, “no te puedes poner ni cara al sol ni nada”. Fantástico cuando responde a las ideas disfrazas de Akesson aplicándole, una y otra vez, maquillaje en plena entrevista. Y cuando al despedirse de él, le regala un disco de oro titulado "Facha mía”. Salvados es un programa ni-ni. Ni tiene grandes audiencias, ni un gran presupuesto, pero hace una gran televisión. Si no lo ha visto, practique la tele follonera en Internet. A diferencia de la telebasura que nos infecta, no tiene desperdicio.