jueves, 16 de diciembre de 2010

¿Preparado, listo? ¡Ya!

¿Preparado? Tienes que correr como nadie lo ha hecho nunca. Pulverizar tu marca. Ser el mejor. El número uno. ¿Quién se acuerda del número dos? Y, ¿del tres? ¿Quién fue el imbécil que dijo que lo importante no era ganar, sino participar? Olvídalo y corre. Quien no arriesga, no gana. No basta con ser bueno. Si no eres el mejor no eres nadie para la televisión, para los patrocinadores, para tus paisanos…

¿Listo? Transfusiones, EPO, esteroides, anabolizantesBienvenido al deporte como consumo. Al consumismo que transforma la competencia en competitividad. Todo vale para poner el cuerpo a punto. Para ser fuerte. El más fuerte. Porque los fuertes crean los acontecimientos. Los débiles sufren lo que les impone el destino. A la mierda el fair play. Como dijo Óscar Wilde, “el éxito se lo llevan los fuertes y el fracaso los débiles”. Esto es la guerra y, en la guerra, todo vale. Deprisa, deprisa. Hay mucho que ganar y poco que perder.

¡Ya! Citius, altius, fortius. Eres el más rápido, el más alto, el más fuerte. Un triunfador. Medalla de oro. Un elegido en la nueva sociedad del éxito. Estás en la cima. En lo más alto del pódium… Y, ahora, ¿qué?

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