jueves, 11 de noviembre de 2010

Sin servicio

Una mujer madura aprieta la tecla C, “gestiones varias”, en la maquina que expide los números en la oficina del paro. El aparato escupe un trocito de papel en el que pone, no una vez, sino dos, para que quede claro: “SIN SERVICIO – SIN SERVICIO”. Sorprendida, busca a alguien que pueda informarle. Solo ve a una señora de pelo blanco y gesto agriado, con la mirada pegada a la pantalla del ordenador, aunque debe observar todo por el rabillo del ojo porque, en cuanto nota que se aproxima a ella, huye hacia las mamparas tras las que se atrincheran sus compañeros. Sin embargo, logra alcanzarla y le pregunta, educada, por qué la máquina no da números si solo son las diez de la mañana. La funcionaria no responde. ¿Para qué hablar con un número que ni siquiera es tal, sino una mera sin servicio? Irritada, la mujer la increpa: “Solo le he hecho una pregunta”. Entonces, un joven guarda de seguridad con cara de miedo se materializa junto a la revoltosa y le pide que vuelva mañana. Sin servicio se rinde. Baja las escaleras hablando sola. Dice que si Kafka viviera hoy escribiría sobre las oficinas del paro… o los hospitales… o las compañías telefónicas.

1 comentarios:

Armenteros dijo...

En la era de la revolución tecnológica, amiga Carmen, parece que seguimos anclados en actidudes de hace dos siglos. Se mantiene vivo el "vuelva usted mañana" que inmortalizara nuestro colega Larra.