domingo, 26 de septiembre de 2010

¿Quién cuida al cuidador?

Rita Hayworth. Carmen Conde. Charles Bronson. Enrique Fuentes Quintana. Charlton Heston. Ladislao Kubala. Puskas. Juanjo Menéndez. Ronald Reagan. Adolfo Suárez. Eduardo Chillida. Jordi Solé Tura. Pasqual Maragall… ¿Qué tienen en común todos estos personajes? ¿Fama? ¿Poder? ¿Prestigio? ¿Influencia? No. En realidad se trata de una enfermedad, cuyos síntomas identificó un psiquiatra alemán, Alois Alzheimer, hace más de cien años. Una enfermedad neuro-degenerativa de las células cerebrales cuya progresión resulta aterradora.


El Alzheimer afecta a cerca de 650.000 personas en España. Cada año, se manifiestan más de 100.000 nuevos casos. Y la cosa amenaza con ir a más. Se prevé que el número de enfermos se duplicará en 2020 y se triplicará en 2050.

Cuando Maragall anunció en otoño de 2007 que padecía Alzheimer, pronosticó que su enfermedad sería “vencible y vencida” en apenas 10 ó 15 años. Ojalá sea así. Ojalá los avances médicos salven al ex presidente de la Generalitat de Cataluña, y a todos cuantos sufren este terrible mal. Pero mientras llega ese momento, los cuidadores de estos enfermos necesitan ayuda. Mucha más ayuda que la que en estos momentos reciben.

El Alzheimer acapara entre el 10 y el 25% de los ingresos anuales de una familia. El 42% de los cuidadores de los pacientes con demencia, en su mayoría familiares directos, dedican más de 10 horas a esta labor. Apenas pueden salir de casa para ir al banco, a la compra o al médico. Viven por y para sus enfermos. Enfermos anónimos cuidados por héroes domésticos, también anónimos.

Yo conozco a varios. Un amigo que ha tenido que pelear a brazo partido con su empresa para que le diera días libres para cuidar a su padre. O una amiga de mi madre, que se encuentra en la fase inicial de la enfermedad, cuyo cuidado se están repartiendo sus hijos. La pregunta es, ¿quién cuida al cuidador?

Me parece genial que el Congreso de los Diputados haya aprobado una proposición no de ley para que los padres de niños con cáncer puedan optar a una baja laboral retribuida para el cuidado de sus hijos. Lo que me pregunto por qué esa iniciativa no se hace extensible a los cuidadores de otros enfermos, como los de Alzheimer.

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