jueves, 3 de marzo de 2011
Vergüenza europea
La ONU se mueve solo para remendar los agujeros de los bolsillos de Occidente. Cuando la subida de los precios del petróleo amenaza con rematar nuestra convaleciente economía. Cuando Europa tiembla ante la posibilidad de que el terror de Gadafi nos meta en casa una oleada de refugiados. El Consejo de Seguridad aprobó, por fin, el 26 de febrero una resolución que se traduce en sanciones para el régimen libio. ¿Lo ha hecho por los muertos, por el terror desatado por el dictador? No. Lo ha hecho por el bolsillo de Occidente. Y, si los libios no acaban con Gadafi, habrá más medidas. Asistiremos a una autorización paulatina del uso de la fuerza. No por libios, sino por nosotros. Por nuestra seguridad y bienestar. Para que podamos seguir circulando a 120 kilómetros por hora y poniendo una lavadora al día. Y, ¿Europa? ¿Qué está haciendo la Unión Europea? Blindar sus fronteras mientras proclama la necesidad de atender una posible crisis humanitaria. Ayudemos a los libios, pero en su casa. Atención domiciliaria. Los envíos de medicinas y alimentos quedan tan bien por televisión… Cualquier día de estos me muero de un ataque de vergüenza europea.
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